jueves, 15 de julio de 2010

243.- FRANCISCO J. PICÓN



Nacido el 13 de Agosto de 1964 en Madrid, aunque se siente aragonés a todos los efectos ya que lleva en Zaragoza desde los 2 años y esta plenamente identificado con esta tierra que es Aragón.
Técnico Especialista en Animación Socio-Cultural y funcionario del Servicio de Instalaciones Deportivas del Excelentísimo Ayuntamiento de la Ciudad de Zaragoza desde al año 1993.
Casado actualmente con Paqui con la que tiene un hijo, Alejandro, y con dos hijas de anteriores relaciones, Lorena y Nerea.
Presidente del Club Social de Empleados Municipales del Ayuntamiento de Zaragoza, asociación en la que dirige, mientras se editó, la revista “Circulo” con 6000 ejemplares de tirada.
Ha publicado un libro, “Desde mi i…marginación”, publicado por Egido Editorial y “Con la vida a cuestas” publicado por Editorial Quadrivium...
He participado también en otros dos libros de Egido Editorial como co-autor, “Imágenes de Aragón” y “Acompáñanos”.
Tiene preparados varios poemarios, “Esencia de un amor”, “Sentimientos de un extraño”, “Versos Depurados”, que no cree que llegue a publicar. Para finales de año verá la luz su poemario “Alambique de vestigios”. Actualmente trabaja en “Frunces en la rima” y así mismo está en plena aventura con una novela, “El secreto de Yeray”.


Los poemas seleccionados están ordenados cronológicamente a fin de que se constante la evolución poética



LO RECUERDO COMO SI FUERA HOY…

Era en primavera,
justo cuando las hojas caídas renacían por fin,
y en el cielo se adivinaban lágrimas en forma de lluvia.

Sí, lo recuerdo bien
el sonido de un suspiro retumbaba en el fondo del arroyo
recorrido por centenares de luces distorsionadas por el viento.

Es curioso, te veo allí
y tanto el uno como el otro sabemos lo incierto del momento
vivido sin vivir sintiendo su latido inexistentemente presente.

Una sonrisa nace en mi interior
al comprobar que tu aroma de entonces pervive en mi nostalgia
tal y como lo soñaba en mis noches erráticas por el devenir del tiempo.

A veces me sorprendo
hablando al joven perdido en su inocencia como si fuera posible
revocar la irresistible cortina de plomo que surca cada instante.

Era en otoño, ¿recuerdas?
y el patriarca de los árboles desterraba a las hojas al hastío
derramando savia ignorancia más allá de los límites del cielo.

Eran tus ojos
una estrella incandescente de sueños emergentes del deseo
y el parpadeo sellaba el contrato tutelado por la aurora desvelada.

Como contar sin perder algo en el intento
tantas ilusiones desbordadas en la riada del silencio
más allá del corazón ensangrentado de esperanzas.

Era invierno, una tarde soleada
y cantaban los niños de las aceras la melodía del misterio
entre porciones de la tarta de piel de una gallina sin miedo.

No estoy seguro
pero quiero pensar que el violín de un ruiseñor destilaba
las notas acompasadas de un examen de conciencia.

No, no es difícil de saber
que mi cuerpo se estremecía de recordar sin haberte conocido
la culminación de un anhelo añorando tu ausencia.


Era una loca noche de verano
y la pasión nacida en mis entrañas veía la luz tras una latencia
encubierta en la dureza de un rostro a la sombra de su inseguridad.

Las dudas son certezas
si navegas en un océano sincero de aguas profundas y claras
y las flores de coral se rinden a la evidencia de mi suerte.

Quizá no fuese primavera,
ni otoño, ni invierno, ni verano…
pero lo cierto es que recuerdo como si fuera hoy
el ayer que cambió para siempre el color del lienzo
en el que cada día se dibuja la sonrisa
de la felicidad de haberte conocido.



TE ESPERARÉ

Te esperaré al otro lado
sin las prisas del que busca en la distancia,
al final de los recuerdos y deseos
en el más lejano de mis días,
te esperaré junto al frío y la nostalgia
en el jardín de la casa del pasado,
sin codicias de otros cuerpos
en el juego de las risas de la huida,
te esperaré donde se acaba el tiempo
y el silencio rompe la monotonía,
a caballo del rocín del mediodía
junto al cielo que navega con tu aliento,
te esperaré en camisa de arriero
porteando el perdón de mis pecados,
en el sitio de la vuelta a mi descanso
con el sueño de vivir siempre a tu lado.

Espérame al otro lado
con las ganas del que quiere sin complejos,
más allá del confín de tus anhelos
en la noche que unimos nuestros retos,
espérame junto al país de las cenizas
que volaron tras los pájaros del misterio,
sin dejarte arrastrar por las mentiras
en el parque que amparaba nuestros bríos,
espérame donde muere el invierno
y el tambor de mis latidos anuncie la alborada
al abrigo de la capa de hilo tierno
enhebrada con la magia que se esconde en tu mirada,
espérame con los encajes de tu pecado
sin remordimientos con sabor a hipocresía
en la puerta abierta de tus fantasías
con la suerte que renace a tu lado.



REBELDÍA INACABADA

Éramos solamente unos jóvenes ancianos, borrachos de edad,
buscando el más allá más cercano en la ruta del fracaso,
recorríamos el camino de regreso al final de un rumbo perdido
alcanzando el principio del destino, sin mentira ni verdad,
descubríamos los colores del universo que conduce a la nada
soñando despertares sin recargo ni amistades con demora.

Y tras vivir deprisa sin tiempo en conserva, caíamos en el sueño
de seguir esperando nacer sin cesáreas cada cumplida alborada,
nunca era tarde en el reloj del olvido para empezar de nuevo
a contar añejas historias con sabor a motores de pasiones futuras,
jamás fue el momento de cambiar el espejo de ser uno mismo
guardando palabras enmudecidas en el balcón de la ciencia.

Supimos correr tras la sombra de una duda sin respuesta
devorando razones que alimentaban el mito que huele a silencio,
crecimos al recaudo de un quebrantador de amores fallidos
muriendo en temores de calmadas esperas cargadas de apuestas,
intuimos el sexo del ángel caído en el fondo del tiempo
deshojando las flores del paraíso prohibido de un grito en un verso.

Y al volver al comienzo del recuerdo envasado con botellas de hastío
bebimos caricias de unas manos encalladas en un dique dormido,
abrazamos las nubes de esperpentos de espuma bailando las bodas
de los amantes prometidos a la promesa rota por el pacto del miedo,
hoy es el día que precede al mañana corrompido sin conocer un motivo
que embriague de juventudes el corazón enquistado en la cárcel de un cuerpo.




MALDITO PEAJE

Sensaciones….

Una ligera presión en el lugar más insospechado
Una corriente de electrones a caballo de una vena en pleno viaje
Una cuchara caliente perdida en algún lugar de una moqueta raída
Una mirada que busca sin encontrar sus pupilas
Una sonrisa de éxtasis, un silencio, un latido… maldito peaje
Un gramo, apenas nada… y mata placenteramente, y mueres desinhibido

Momentos…

Angustia en la espera, impaciencia en el tiempo, ruina en el camino
Dinero robado a la vida, carreras en el solar marginado, monos por equipaje
Olvido de cariños queridos, querencia de amores debidos, camellos en la mochila
Sangre derramada prostituyéndose por un beso de sida
Juegos de azar abocados al fracaso, ruleta rusa… maldito peaje
Una raya, apenas una línea… y respiras el último aliento, y el aliento seca tu destino

Recuerdos…

Un homenaje de luto, una habitación de pino, un lamento acobardado
Herencia de ilusiones rotas, futuros teñidos de hierba, lágrimas de sabotaje
Cuerpos pinchados de miedos, dosis de desamparo, afonía en la esperanza
Autopsia de oficio acallando una conciencia podrida
Un huérfano, una viuda, deudas en la mejilla… maldito peaje
Una pastilla, apenas una vida,…y bailas un baile de muertos, y llora quien te ha querido

Olvidos…



Y DIME

Estereotipos
almas disecadas en un suspiro
mírame
y dime si encuentras mis pupilas

Carnavales
cuerpos desprovistos de avales
cúrame
y dime si extingues mis heridas

Histerias
caricias rescatadas de la miseria
tócame
y dime si alcanzas mis mentiras

Caminos
besos trasnochados en busca de un destino
ámame
y dime si descubres mis cenizas

Poemas
palabras pronunciadas deslizando tus sábanas
cuídame
y dime si compartes mis arrugas.



AHORA

Ahora
es uno de esos instantes en los que recuerdo
pequeñas cosas que pensé olvidadas,
momentos que perdimos en el salón del tiempo,
voces que silenciaron los miedos
silencios que gritaron canciones sin nombre
y nombres de suspiros, suspiros de hombres,
ahora
que comparto con mi sombra el sofá de mi memoria
me asombro de pensar cuantas batallas perdidas
tuvieron lugar en los campos del destino,
caricias que buscaban un cuerpo
abrazos al aire fallidos de sueños
y sueños que se cumplieron, y fantasías incumplidas,
ahora
cuando un segundo es eterno y ayer una palabra
escrita con letras que son jirones de piel
rasguños en la estima, heridas en la penumbra,
un postre de salivas y miel
dulces que son amarguras del paladar
sabores que son caricias, caricias que saben a mar
ahora
que sé que no es tarde, que se que no es pronto
busco en los bolsillos de las prisas
un rincón para esconder lo que tengo,
pues el fantasma de perderlo me asusta
si las tinieblas del fracaso se encienden
cuando las alarmas de la pena me mienten
ahora
es unos de esos instantes en los que recuerdo
las miradas que tus ojos me brindan,
la fuerza de tu aliento, el calor de tu regazo,
y abrazado a mi sombra, recostado en el sofá
tarareo con gusto el tango de tu nombre
nombre que, al pronunciarlo mi boca, me convierte en hombre



DESIGUALDADES

Si hubiera nacido en tierra de nadie
Si la luna de miel cabalgara en una patera
Si en el ático de la fabela se quemara la nobleza
¿Sería menos hombre?

Orgullo de raza
Agravios en vida
Despropósitos de siempre
Y ¿a quien importa?
¿Soy más hombre?

Suburbios de Chicago
Arrabales de Buenos Aires
Cantinelas de muerte
Pobreza en los pies
Miseria en el pecho
¿Qué es ser hombre?

Esmoquin de harapos
Oportunidades que se pierden
Relojes de sombras en la piel
Versos derramados
Yo no quiero ser hombre

Moquillos en el delta de unos labios resecos de penas
Niños descubriendo baratijas en la basura
Reparto equivocado en la baraja de la suerte
Delincuentes de ruinas
Explotadores de sangre
Igualdades inertes

Si ser hombre es distinto
en el sur, en el norte o en cualquier otro sitio
¿Quién quiere ser hombre?

Si hubiera nacido en tierra de nadie
Si la luna de miel cabalgara en una patera
Si en el ático de la fabela se quemara la nobleza
¿Sería menos hombre?



CERTEZA

Dice que un beso es el universo
un abrazo el paraíso,
que las miradas no mienten
que los silencios son gritos
que amanecer en sus brazos
es tocar el cielo con los labios
que los te quiero se sienten…

cuenta que una caricia es un sueño
que despierta en cada poro,
que los dedos se divierten
con los rizos de su pelo
que el viento es un suspiro
detenido en su aliento
mientras dibuja sus dientes…

sabe que la suerte es un misterio
que anida entre sus manos,
que los años se entretienen
en el andén de su pecho,
que la aventura es un guiño
robado a la rutina del calendario
desbordado de placeres…

puede que vivir sólo sea un verbo
que se escribe con momentos,
que las palabras se pronuncien
con los signos de su cuerpo,
que amar sea únicamente un verso
en el poema del tiempo
más sólo importa que se quieren…










METAFOREANDO

Recojo de la guantera el polvo del camino,
la pasta de dientes de la sonrisa perdida,
un recorte de prensa con un chisme del fracaso
y una tarjeta de un comerciante de vinos y derrotas…
alcanzo el ojal de un botón desteñido,
la aguja que nunca se perdió en un pajar,
las llaves en el fondo del mar de los olvidos
y el patio de mi casa húmedo de llorar…
busco aquellas miradas detrás del espejo,
el cielo en la boca del metro que no llega,
la palma de la mano que no encontró un aplauso
y un guiño que añoraba entre tus pestañas…
miro hacia un horizonte que ahora es vertical,
paseo por las caderas de la muñeca que antecede a mis dedos,
entono una tonada que desentona cada día
y me duermo en las sabanas de la selva de los silencios…
sé que la lluvia es un llanto que no encontró su dueño,
que en las tinieblas se esconden los labios de la luna,
que tras el cristal del miope se ocultan los miedos
y que en tu pecho anida el ruiseñor de la ternura…



EDAD

Edad

En sus ánforas dormita un trago de antaño
ahogando neuronas entre las ondas del barro,
masa angosta de arrugas, nostalgia y primaveras
de hojas caídas, vientos sin rumbo y eternas dudas…

páginas de un calendario de sueños vertidos en la distancia,
saetas que cumplen horas de vértigo, sudor y lágrimas,
alegrías, besos, algún abrazo y un recuerdo en el destierro
y en la suma de la vida se agotan los decimales del tiempo…

Edad

En los pliegues de tantos manteles se abandonan las migajas
de momentos perdidos en la trastienda de la caótica rutina,
sempiterno baúl de enquistadas historias que ya perdieron su dueño
al calor de una brizna de polvo en los zapatos y algún fracaso…

caminos de ida y vuelta, laberintos de señales incomprendidas
que retornan sin remedio al hueco del silencio en su memoria,
nubes de algodón, caramelos de sorpresas y un pudor en el pecho
protegen el bagaje de una mochila de experiencias y recuerdos…

Edad

Un día convertido en semana destinada a un mes de algún año
que emborrona las cuartillas de alguna derrota, dos renuncias y un triunfo,
segundos acompasados de ritmos en el pentagrama de las prisas,
una corchea, varios semitonos y un desgarro en la mirada…

soledades entre un tumulto de gritos ajenos a su garganta
la anciana compañía de un carné caducado a la deriva,
el presentimiento del olvido, el olvido del sentimiento
sopas de pan, un colchón sin almohada y el sabor del miedo

Edad




ES

Es cuando miro en el fondo de mi alforja
buscando nostalgias
o un ramito de recuerdos entrelazados,
es al volver la vista hacia el camino andado
recortando mis pasos
esperando la sombra perdida en la distancia,
es al ver los destellos de esas miradas
escondidas en la memoria
ensortijadas con los reflejos del sueño,

o quizá no sea nunca
más que en el atisbo de mi locura
o en una brizna de razón

y en realidad no importa
si no tengo tu cintura
encadenada a mis manos

ni locuras ni razones
ni pasiones ni olvidos
ni un instante que se pierde
más allá del horizonte

cuando no estás a mi lado
ni los días, ni las noches
ni un camino desandado
ni tan siquiera reproches

es cuando acaricio tu ausencia
besando tu silencio
o desenredando una brisa de tu aliento,
es cuando estoy solo y te escribo
buscando un verso y una rima
o una canción de silencios,
es cuando entiendo mi miedo
por tenerte lejos
cuando me abrazo a tu pelo
para sentirte en mi cuerpo

porque sin ti no soy nada
porque en la nada me pierdo
porque un corazón sin latido
es mi corazón si no te tengo
porque tan sólo estoy vivo
cuando duermo en tu suspiro
porque hoy te digo te quiero
y lo demás no lo rimo



EN LA NEBLINA

Y en la neblina se pierde mi sombra…

Pasos lejanos en la distancia,
albores de un mañana disfrazado de pasado,
resuenan en las recónditas esquinas de mi soledad
martilleando los tímpanos del silencio

y por mas que lo intento mi sombra se va…

Un temblor de somnolencias perdidas,
calladas canciones de un tenor dormido,
recorre los poros de la piel de mi angustia
enarbolando banderas de un sueño exiliado

y tras mi sombra mis ojos vacían sus pupilas….

La noche difumina los colores de la vida,
sucesión de latidos buscando el camino,
en el claroscuro de la cansina ambigüedad
engullendo en su garganta los espasmos de mi cuerpo

mi sombra ya no existe, sólo queda mi locura…

o tal vez me abandonó junto a mi sombra…




HOY ES EL MOMENTO

Si esperas a mañana
no me busques, ya me habré ido,
no mires detrás del velo
que protege tus recuerdos,
habré desaparecido
al otro lado del espejo de la memoria

Si esperas a mañana
la vida se perderá entre los latidos
del corazón del olvido
a borbotones de desengaño,
habrá partido
en un vagón del tren de la huída

Porque mañana es sólo una palabra
porque hoy es el momento
porque el sabor de un instante
no entiende de saetas de espera
porque un segundo es eterno
cuando se vive el presente
porque si esperas a mañana
el mundo será tan distinto
que no te reconocerás entre la gente…

Si recuerdas el ayer
los poros de tu piel envejecerán de hastío
aletargados por no cumplir sueños,
los dedos de tu deseo acariciaran vacíos,
ausencias sin dueño
en el hueco de un verbo durmiente

Si recuerdas el ayer
las arrugas se nutrirán de miedos,
los labios se resecarán sin besos,
en tu mirada no habrá más brillos
ni notarás el aroma de un aliento
rozando los surcos de tu vientre…

Porque ayer es sólo una palabra
porque hoy es el momento
porque los abrazos de siempre
se alimentan de aventura
porque un recuerdo no es eterno
cuando se vive el presente
porque si no olvidas el ayer
la vida será un suspiro
perdido entre tanta gente…



BUSCABA

Buscaba las maletas,
las de viajar a la melancolía,
esas que dibujé con nostalgias
y forré con retazos de piel,
las buscaba en el trastero
donde guardé un trocito del ayer
más no supe encontrar su destino
tan sólo su silencio
y un hueco en el olvido….

Buscaba las cenizas,
las de los recuerdos quemados,
esas que recogen el polvo del camino
y teñí el aire con su levedad,
las buscaba en la hoguera del pasado
entre las brasas del ayer
más el viento las envolvió es sus brazos
y quedó el humo del silencio
y un calor en el recuerdo…

No rebusco en las maletas,
No enciendo las cenizas,
Rememoro los silencios,
Desempolvo los caminos,
Escribo un poema en tu vientre
olvidando los recuerdos que se pierden
y en el hueco del olvido
guardo el humo del silencio
y las brasas apagadas del ayer



HIELA

Hiela
en los arrabales de la soledad,
en los caminos recónditos de las miradas perdidas,
en el silencio dormido de la palabra muerta,
en el balcón donde se asoman las caricias olvidadas.
Hiela,
y muere abrasada cada saeta del tiempo.

Se marchitan
las flores nacidas de la semilla del miedo,
las esperas acotadas en los mapas del olvido,
las espinas erosionadas por la fuerza de un recuerdo,
las heridas infectadas por la saliva del desprecio.
Se marchitan,
y brotan excitadas las frutas de la ausencia.

Vuelan
las mentiras disfrazadas de sueños y promesas,
las arrugas de una edad que abandonó la paciencia,
las sabanas desteñidas de sudores, gemidos y caricias,
las canciones afónicas de gritos y somnolencia.
Vuelan,
y bucea entre las nubes el sabor de tantos labios.

Se apagan
las llamas de la hoguera de la vanidad y el orgullo,
las pasiones encendidas con el fuego del desencanto,
las razones desubicadas en el salón de los sentidos,
las aventuras consumadas entre nicotina y alcohol.
Se apagan,
y se encienden los rubores, los deseos y la melancolía





EL HOMBRE QUE FUI

El hombre rebelde que fui
se aletarga entre las sombras
de las edades cumplidas,
de las historias pasadas,
del silencio de mentir,
de las mentiras del tiempo,
de las arrugas del miedo
de la rutina de vivir.

El hombre valiente que fui
se disipa entre las sábanas
de los sueños sin memoria,
de las cenizas apagadas,
del querer llegar al fin,
de las ruinas del sexo
de las huidas sin retos
del olvido que hay en mi

El hombre sin dueño que fui
se arrincona en las esquinas
del dinero en la cartera,
del hambre en las miradas,
de las ganas de sentir,
del sabor de tantos besos,
del aroma del deseo,
de las caricias sin ti

El hombre sencillo que fui
se refugia en las sonrisas
de los labios de verdad,
de las batallas ganadas,
de tu silueta de perfil,
de la muerte entre tus brazos,
de la vida entre tus pechos,
de tenerte junto a mí



¡CUANTO TIEMPO!

¡Cuanto tiempo ha pasado!
Entonces las nubes no eran de algodón
ni en el horizonte se dibujaba la tristeza
de las edades cumplidas en el baile del tiempo.
¿Recuerdas aquella esquina teñida
de jirones de la piel de tantas esperas?
¡Éramos apenas unos aprendices de adultos
con las notas del silencio en nuestras huellas!
El aroma de ese cortado en el bar junto a la tienda
donde comprábamos cuarto y mitad de ilusiones
mientras esperábamos el autobús en la explanada
y mirábamos al cielo del paladar de los sueños…
¿Sabes? He aprendido a caminar mirando de frente
a los ojos del miedo, a avanzar hacia el destino
con la vida a cuestas y una alforja de recuerdos
junto a un termo con cenizas de intemperie…
¿Y que fue de aquel chico que miraba tu sonrisa
con saliva en la comisura de los sentidos?
Ya no sé muy bien si fuimos niños de primaveras
o ancianos de otoños rememorando batallitas de siempre
¡Es tarde!, sigo viviendo con el estrés en los tobillos
y el aliento de la vida susurrándome al oído
palabras de prisas y urgencias entre tinieblas
de pasados y presentes sin futuro…
Me ha encantado volver a verte
y compartir un momento con tu suerte,
quizá en otro instante coincidamos de nuevo
cuando un nuevo espejo nos confronte
en el devenir de la rutina de mis miedos….
¡Caray cuanto tiempo sin verte querido reflejo!



GINEBRA, ARRUGAS Y SOLEDAD

Ginebra en el vaso,
una arruga en el mantel,
dos azucarillos
y un vacío en la mirada

olor a alcohol,
sonrisas de ausencia
en las manos de la sombra
del infinito abandono

en el otoño
un bostezo de miseria,
y, entre las hojas caídas,
el semen del desengaño

desidia en las telarañas
del velo del paladar encelado
de silencios en ciernes
y palabras escritas entre tinieblas

remiendos en los jirones
de la piel escarificada
por agujas de insolentes
rayos de un sol de gas y miedo

y en el vaso huye la ginebra
con la arruga del mantel
entre olores a alcohol decadente
y la eterna soledad del tiempo



EN EL CIELO DE SU BOCA

En el cielo de su boca
amanecieron silencios,
en la caries de su aliento
un empaste de sonrisas
forzadas, una mueca
de hastío y un regusto
de miseria en su lengua

en el iris de sus ojos
un trastorno de pupilas
dibuja miradas vacías,
un reflejo invertido
en el espejo, una dioptría
de tristeza disimula
una lágrima sin dueño

en las palmas de sus manos
anochecían las líneas,
entre los dedos caricias
huérfanas buscan
asilo en el cuerpo del delito
de sentir. Y en el dorso
un remite sin destino

en el cielo de su boca
un ocaso, un orto y una derrota,
en sus pupilas la ausencia
y en la retina la miseria
de la soledad no elegida…



PROMESAS DE HOY

Hoy, como cada día,
voy a dejar de fumar,
me apuntaré en un gimnasio,
recorreré las aceras
a pie,
descalzo de motores
y ascenderé a mi atalaya
a golpes de pulmón
y luego…
…luego,
faltaré a mi palabra
como cada día,
como cada ayer.

Hoy, como cada día
priorizaré lo importante,
sin urgencias,
sin el sabor de las prisas,
diré un te quiero,
repartiré dos sonrisas
y disfrutaré del momento
a impulsos de piel
y luego…
… luego,
faltaré a mi promesa
como cada día,
como cada ayer.

Hoy, como cada día,
me miraré en el espejo
para ver el hombre que soy,
reivindicaré las arrugas
y mi desnudez,
huérfano de pudores,
desteñiré mi orgullo
para sentirme libre
y luego…
… luego,
faltaré a mi sinceridad
como cada día,
como cada ayer.

Hoy, como cada día,
como cada ayer,
como cada mañana,
hoy, faltaré a mi vida…



ATLÁNTIDA

Se secaba la lágrima
impertinente en la mejilla,

sin brillo,

en sus alas
una herida de impotencia,

y en la ciudad
de los niños perdidos,
un reloj…

el hada confusa
del principado del misterio,
lloraba

y un deshielo
desbocado de ignorancia,

sin pausa,

hundía en el mar
de las cosas reales
la ilusión,

el niño perdido
no quiere que lo encuentren,

mientras busca su sombra,

y en el rincón
de Nunca Jamás

(al que las personas
razonables
llaman Atlántida),

en ese humilde
rincón de la sonrisa,

una nube,
en forma de garfio,
busca un guante

que la proteja
de los dedos…

y, tras ser negada
tres veces por mirada,
el hada,
que sigue llorando,

pierde sus alas

en el naufragio
de los sueños…

y las mentiras piadosas
florecen

en la primavera
estable de la vida



EXÓTICO

Postergado,
carente de afinidades,
peregrino en un mundo impropio,
yermo de ecos
en el reflejo de mi temple,
inmigrante
sin jerga acreditada
en el emporio de la discreción…

náufrago
en una isla aislada
del abismo de la displicencia

expatriado
de la madriguera de lo cotidiano,
repelido
del átomo de la costumbre,
ión desubicado
en la corriente continua
de la inercia

extranjero en mi tierra,
usurpador de otros ámbitos,
perdedor de cruzadas
en una contienda importada

insólito,
diferente,
atípico y utópico




METÁFORA Y LIBÉLULA

Aletea frenética
una libélula solitaria
entorno a las diáfanas
gotas de vida
del arroyuelo otoñal

Un exiguo rumor
de silbidos y brisas
se desvanece
en el silencio
del paraje
huraño del tiempo

Ráfagas de un sol
jadeante y medroso
requiebran las sombras
de la hojarasca
incipiente

Un estruendo
resuena en el horizonte
dinamitando
la quietud de una tarde
descalza de razones

La aterrada libélula
abandona la tangible
protección del vuelo
en busca
de un resuello
incombustible y perenne
en sus pupilas

Mas la inquebrantable
avaricia depredadora
de una lengua viscosa
descoyunta
el soporte del futuro
a lomos de un hoy
desalmado e insaciable

… ya no resuena
el revoloteo nervioso
sobre el cauce
del riachuelo

…ya su reminiscencia
se ahoga
en las tinieblas
de la noche…



AVANCE SIN PAUSA

Somnoliento y perdido,
deambulas por los rincones
de tu existencia,
en busca de una sonrisa
derrochada en algún lugar
de entre las sombras
del pasado.

Caminas,
a través de las ruinas
que pueblan los sentidos,
esperando saborear
el aliento de un minuto
compartido

Las distancias
sólo coexisten en las fronteras
de las arrugas de la piel
y las ausencias se asientan
en los meandros de un cuerpo,
lacerando de vacíos
el ocaso de tus sueños

Si decides mantenerte
adormecido o despejado,
en el fondo, no importa.

Las saetas de un tiempo
perdido prosiguen
su avance sin pausa,
mientras, en el olvido,
se acomoda la orla
de tu sonrisa,
perfilada en los labios
del ayer.



LA ESTELA DE LA TRANQUILIDAD

Si disfrutara del don
de conocer cuanto veo
sin el prisma
del prejuicio
ni el tamiz
de mi cultura,
miraría tras el cristal
de mi tragaluz
sin aprensión, ni pudor.

Si me confiriesen el valor
para afrontar la vida
sin traumas, sin discordias,
sin repetidas derrotas
en la comisura de la mirada,
progresaría por la senda
de mi presente
hacia el mañana espontáneo
de la perplejidad

Si mis manos arrullasen
la piel de la autenticidad
entre las sábanas
del tiempo perdido
y la saliva de las prisas,
ceñiría cada momento
sin pausa ni cobardía,
sintiendo los latidos
y el pulso de mi suerte

Si supiera estrujar
cada segundo
de mi existencia,
descubriría,
sin titubeo,
la estela de la tranquilidad…



COSTUMBRES REPETIDAS

Miro
a través de los cristales
de una ventana
el paso intermitente
de la vida

Pausado
pero continuo
el ritmo del ritual
avanza incesante
en busca del mañana
que, pronto,
será otro ayer.

Y le pregunto
a la experta ventana
el por qué
de tantas costumbres
repetidas

Los cristales
no responden
con palabras
pero se entumecen
y empañan de rutinas
que me contestan

Bajo la persiana
para obviar lo evidente



RETRATO DE UNA CIUDAD CUALQUIERA

Caminas por las aceras
de una ciudad cualquiera
y miras en la distancia
tantas soledades
colectivas

Observas un hombre,
descuidado y absorto
en su mundo de prisas
y estrés,
avanzando entre
el gentío hacia
ninguna parte

Te detienes junto
a un portal vacío
a mirar los cristales
y ver la vida pasar
a través de su reflejo

En la otra acera,
un vendedor de cupones
proclama la suerte
efímera del dinero
y el azar

Las soledades colectivas
avanzan en el día a día,
ignorantes
y orgullosas, sin rumbo
definido

En las ciudades
cualquiera,
las aceras nunca
están solas,
se abarrotan de huellas
de anonimatos
y ausencias

Y tú sigues caminando,
absorto en tu soledad,
pagado de ti mismo
pues crees saber
que no estás solo.

Ignorante tú,
¡como tantas soledades!




ME HAN MIRADO LAS ACERAS

Me han mirado las aceras
con indolencia,
como si mis pisadas
ultrajasen su sosiego
y no mereciese la pena
la queja insondable

La sombra de mi reflejo
se evade por las vidrieras
de la intransigencia,
en busca de perfiles
faltos de abrazos

Mi ausencia
escolta al silencio
de una ciudad inconsciente,
entre bullicios y efluvios
podridos de soledad

Y mi cuerpo,
huérfano de linaje
o sonrisas,
abandona la esencia
de las aceras,
deshonrado y apocado,
para hibernar
en la morada del egoísmo

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